¿Cuándo consultar con un especialista en Terapia de Pareja?

Contactar un terapeuta de pareja suele ser una decisión difícil. Hay investigaciones que muestran que las parejas que consultan a un especialista llevan un promedio de 6 años de sentirse mal con la relación e hicieron muchos intentos de solución fallidos antes de realizar el primer llamado.  Sí, si estás leyendo este artículo es muy probable que estés dentro de este promedio.

Son muchos los motivos que nos llevan a dudar a la hora de iniciar una terapia de pareja. En primer lugar; si hay dos personas, hay dos perspectivas del problema, incluso lo que puede ser un problema para uno puede no serlo para el otro. Así nos encontramos con el primer obstáculo: que ambos acuerden en la necesidad de recurrir a un terapeuta para asesorarse.

Por otra parte, no siempre es fácil disponer del dinero y del tiempo para coordinar agendas. En este punto es importante pensar: ¿cuánto podemos beneficiarnos de un abordaje adecuado en el momento oportuno?

Aun cuando ambos consideren la terapia como una forma válida de mejorar los problemas y dispongan de los recursos necesarios para emprender la consulta pueden surgir dudas sobre si será o no necesario hacerlo, si no sería mejor esperar un poco y ver si los problemas se van resolviendo sin necesidad de un dispositivo terapéutico.

Entonces, ¿qué debemos evaluar para saber si comenzar con la terapia de pareja? Muchas veces se llega este tipo de espacios luego de reiteradas discusiones y una gran dificultad para lograr acuerdos. Sin embargo, hay otras áreas de la relación que merecen ser observadas con mayor detalle y que son tan centrales, o incluso más, que la capacidad que tengamos de gestionar nuestras diferencias.

Si tenes dudas, te acercamos algunas preguntas, que desde la perspectiva del Método Gottman, pueden ayudarte a valorar el estado actual de tu relación de pareja y decidir si es tiempo de hacer una consulta.

1. Conocimiento mutuo: ¿En qué medida nos conocemos? Intereses, deseos, sueños, expectativas, actividades, amistades, temores. ¿Son áreas que conocemos y revelamos a nuestra pareja? ¿Nos sentimos cercanos o comenzamos a ser desconocidos el uno para el otro?

En las relaciones que reportan mayor bienestar esta información es actualizada periódicamente, mediante momentos de conexión y conversaciones profundas, hay un espacio en la propia mente reservado para representarnos quién es nuestro compañero/a. Se trata de estar al día en lo que siente y piensa nuestra pareja, ya que, como seres humanos, estamos en un proceso de cambio permanente.

 

2. Admiración y cariño: ¿En qué medida somos capaces de sentir afecto y admiración por nuestra pareja y en qué medida somos capaces de expresarlo asertivamente? ¿Cuán admirado y querido se siente nuestro compañero/a? ¿Sentimos el amor y la admiración hacia nosotros/as por parte del otro/a?

El cariño y la admiración son componentes fundamentales de las relaciones de pareja y una vez que se afectan o se pierden, son los aspectos más complejos de abordar.  Sentir falta de amor o valoración está asociado a un incremento del desprecio en las conversaciones sobre desacuerdos y es un claro predictor de divorcio.

3. Manejo del conflicto: ¿Podemos conversar sobre aquellas cuestiones que son conflictivas o sobre esos temas en los que tenemos diferencias fundamentales sin dañarnos o faltarnos el respeto? ¿Podemos lograr acuerdos en los que ambos nos sintamos respetados/as?

Todas las parejas se encuentran a diario con conflictos, algunos pueden resolverse y otros incluso, los acompañan a lo largo de toda la vida. Lo que debemos observar en este caso, no es tanto la presencia de desacuerdos sino la forma en que conversamos sobre ellos, que tan respetados y escuchados nos sentimos cuando planteamos una diferencia.

4. Hacer que los sueños de la vida se hagan realidad. ¿Conocés los sueños y aspiraciones de tu pareja? ¿Tu pareja conoce los tuyos?  ¿En qué medida sentís el apoyo, la atención y el respeto a tus propios sueños o proyectos?

 Es importante que la pareja pueda ser un lugar seguro, de sostén, en el que cada persona pueda apoyarse para desarrollar y desplegar sus intereses y propósitos individuales.

 

Reflexionar y registrar qué sienten alrededor de estas preguntas puede ayudarlos a decidir si es tiempo de pedir ayuda. ¿Preparados?  La terapia de pareja puede ser un lugar de encuentro, conexión y crecimiento. 

 

 

Lic. Cecilia Gelfi / Lic. Sebastián Mosquera

 

¿Cuándo consultar con un especialista en Terapia de Pareja?

Contactar un terapeuta de pareja suele ser una decisión difícil. Hay investigaciones que muestran que las parejas que consultan a un especialista llevan un promedio de 6 años de sentirse mal con la relación e hicieron muchos intentos de solución fallidos antes de realizar el primer llamado.  Sí, si estás leyendo este artículo es muy probable que estés dentro de este promedio.

Son muchos los motivos que nos llevan a dudar a la hora de iniciar una terapia de pareja. En primer lugar; si hay dos personas, hay dos perspectivas del problema, incluso lo que puede ser un problema para uno puede no serlo para el otro. Así nos encontramos con el primer obstáculo: que ambos acuerden en la necesidad de recurrir a un terapeuta para asesorarse.

Por otra parte, no siempre es fácil disponer del dinero y del tiempo para coordinar agendas. En este punto es importante pensar: ¿cuánto podemos beneficiarnos de un abordaje adecuado en el momento oportuno?

Aun cuando ambos consideren la terapia como una forma válida de mejorar los problemas y dispongan de los recursos necesarios para emprender la consulta pueden surgir dudas sobre si será o no necesario hacerlo, si no sería mejor esperar un poco y ver si los problemas se van resolviendo sin necesidad de un dispositivo terapéutico.

Entonces, ¿qué debemos evaluar para saber si comenzar con la terapia de pareja? Muchas veces se llega este tipo de espacios luego de reiteradas discusiones y una gran dificultad para lograr acuerdos. Sin embargo, hay otras áreas de la relación que merecen ser observadas con mayor detalle y que son tan centrales, o incluso más, que la capacidad que tengamos de gestionar nuestras diferencias.

Si tenes dudas, te acercamos algunas preguntas, que desde la perspectiva del Método Gottman, pueden ayudarte a valorar el estado actual de tu relación de pareja y decidir si es tiempo de hacer una consulta.

1. Conocimiento mutuo: ¿En qué medida nos conocemos? Intereses, deseos, sueños, expectativas, actividades, amistades, temores. ¿Son áreas que conocemos y revelamos a nuestra pareja? ¿Nos sentimos cercanos o comenzamos a ser desconocidos el uno para el otro?

En las relaciones que reportan mayor bienestar esta información es actualizada periódicamente, mediante momentos de conexión y conversaciones profundas, hay un espacio en la propia mente reservado para representarnos quién es nuestro compañero/a. Se trata de estar al día en lo que siente y piensa nuestra pareja, ya que, como seres humanos, estamos en un proceso de cambio permanente.

2. Admiración y cariño: ¿En qué medida somos capaces de sentir afecto y admiración por nuestra pareja y en qué medida somos capaces de expresarlo asertivamente? ¿Cuán admirado y querido se siente nuestro compañero/a? ¿Sentimos el amor y la admiración hacia nosotros/as por parte del otro/a?

El cariño y la admiración son componentes fundamentales de las relaciones de pareja y una vez que se afectan o se pierden, son los aspectos más complejos de abordar.  Sentir falta de amor o valoración está asociado a un incremento del desprecio en las conversaciones sobre desacuerdos y es un claro predictor de divorcio.

3. Manejo del conflicto: ¿Podemos conversar sobre aquellas cuestiones que son conflictivas o sobre esos temas en los que tenemos diferencias fundamentales sin dañarnos o faltarnos el respeto? ¿Podemos lograr acuerdos en los que ambos nos sintamos respetados/as?

Todas las parejas se encuentran a diario con conflictos, algunos pueden resolverse y otros incluso, los acompañan a lo largo de toda la vida. Lo que debemos observar en este caso, no es tanto la presencia de desacuerdos sino la forma en que conversamos sobre ellos, que tan respetados y escuchados nos sentimos cuando planteamos una diferencia.

4. Hacer que los sueños de la vida se hagan realidad. ¿Conocés los sueños y aspiraciones de tu pareja? ¿Tu pareja conoce los tuyos?  ¿En qué medida sentís el apoyo, la atención y el respeto a tus propios sueños o proyectos?

 Es importante que la pareja pueda ser un lugar seguro, de sostén, en el que cada persona pueda apoyarse para desarrollar y desplegar sus intereses y propósitos individuales.

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